Son las 7:45 de la mañana cuando salgo de la estación de Green Park en el centro de la ciudad. De nuevo hay paro de transporte en Londres, lo que es muy usual en estos últimos meses, voy tarde a mi cita y eso es un pecado en esta ciudad.
Camino apresurado por las calles y hay mucha gente tomando fotos y atrasando aún más el paso por las aceras, veo sus rostros y todos son extranjeros, en mi mente inconscientemente digo «turistas» y aceleró el paso.

Mi último tour guiado finalizó el 30 de diciembre de 2021 en la ciudad de Guatemala, en esta ocasión era un grupo familiar de 7 miembros, casi siempre eran grupos de entre 5 a 12 turistas porque me gustaba hacer los tours más personalizados.

Mi actividad como guía de turismo inicio en el año 2013 en las montañas de Chalatenango, El Salvador y luego me extendí por todo el territorio y la región Centroamérica incluyendo algunos países cercanos como Cuba, Colombia y Perú, en estos tours era común detenerme en cualquier calle o acera frente a algún sitio de interés para poder explicar a mis viajeros la relevancia o historia acerca del sitio, ahora estoy del otro lado de la moneda y se me viene a la mente una frase qué dice: «mira con los ojos del turista que ve belleza donde todos ven rutina».

Londres parece tan fácil de guiar de no ser por la basta historia y la magia que está latente en cada esquina de la ciudad, por momentos tan caótica y en otros tan sútil, es difícil y tan fácil a la vez detenerte a admirar cada edificio moderno o antiguo que están por todos lados y es que está ciudad es precisamente eso, una constante contradicción en todos los sentidos, o te dejas llevar o la cabeza te explota, como en toda ciudad multicultural lo que menos ves en Londres son Londinenses o Ingleses, aquí se trabaja, se duerme, se hace turismo y se bebé por supuesto, a cualquier hora y en cualquier lugar, ya sea café o alcohol sin perder la elegancia obviamente.

Sé que este es un lugar de paso, ahora lo sé, desde mi llegada al Reino Unido el 16 de Febrero del 2022 no logré hacerme la idea de establecerme aquí, y quizá en ningún otro país, no por el momento, como decía Jhony Walker: «nada me hará detenerme, nada me hará ir más despacio, oh no, debo seguir andando».

En mi trayecto encuentro más grupos de turistas listos a iniciar el descubrimiento de los sitios más emblemáticos de la ciudad con aquella emoción de un niño en su primer paseo lejos de casa, me da alegría verlos, me detengo unos segundos porque justo en este instante he sentido de nuevo ese palpitar acelerado en mi pecho que me recuerda cuál es mi camino en esta vida: viajar!

He llegado a mi destino, justo a tiempo, estoy presente en mi cita pero mi mente y mi espíritu viajero a iniciado de nuevo la aventura.